En diciembre de 1831, con 22 años, Charles Darwin inició un trascendental viaje que cambió y condicionó toda su vida. Se embarcó como naturalista sin paga en un velero: el Beagle. Visitó la selva del Brasil, la pampa argentina, dio la vuelta por el estrecho de Magallanes y permaneció más de un año en Chile. Todavía le quedaron fuerzas y circunnavegó la Tierra pasando por las islas Galápagos, Australia y el Cabo de Buena Esperanza.Tomaba notas todos los días. Una jornada recolectaba especies animales y vegetales y la otra las clasificaba, tratando de encontrar que todo tuviera una lógica y encajara en un sistema. Dicen que la mayor parte de sus reflexiones las hizo en el camarote, porque durante todo el viaje sufrió de intensos mareos. El viaje del Beagle duró casi cinco años el joven Darwin dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, mientras el Beagle realizaba su misión científica para medir corrientes oceánicas y cartografiando la costa. Darwin tomó notas escrupulosamente durante todo el viaje, y enviaba regularmente sus hallazgos a Cambridge, junto con una larga correspondencia para su familia que se convertiría en el diario de su viaje.la mayoría de sus notas zoológicas versa sobre invertebrados marinos, comenzando por una notable colección de plancton que reunió en una temporada con viento en calma.
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